(Inspirada en canciones, refranes, reflexiones, temores y sentimientos)
Señor, si cierro los ojos esta noche, espero encontrar mi luz y que el amor sea más fuerte que el miedo:
Por favor, perdóname Señor por mi vida de pecados,
a esta cárcel andante ha llegado un resquicio de claridad y luz,
y delante mia se ha tornado en una especie de energía viviente, transformándose en alas majestuosas,
y quieren enseñarme de nuevo a volar,
pero mi alma está atrapada entre dos mundos,
desorientada y confusa,
porque le enseña los dientes y aúlla a la muerte
y vuelve la mirada atrás y sonrie a la tierra y al mar,
añora sus desvaríos, sus sueños, sus esperanzas y sus sentidos,
Qué ha pasado?, el por qué de tanta oscuridad?,
estoy sólo?, o es que sólo estoy yo?
bueno, creo que ya no importa demasiado,
Ya no quema la luz en mis ojos, ni me deslumbra el sol al amanecer,
ni tampoco la luna iluminará ni guiará más mis pasos al anochecer,
Ya no percibo el reconfortante y revitalizante olor del café de las mañanas,
Ni tampoco el embriagador y penetrante perfume de las flores atraviesa ya mi nariz,
Ya no huele a mi ni a nada mi almohada,
Que pronto se evapora lo superficial, más queda el fondo,
Ya no bailan las líricas en mi boca,
ni los susurros cosquillean ya mis labios,
Qué raro, ahora puedo percibir el canto de los pajarillos, o quizá sean ángeles?,
Mis piernas y brazos se han quitado ya sus ataduras,
y se marcharon hacia un lugar donde la gente de otra dimensión
enseña a vivir a los no vivos recién llegados,
Señor, sólo tú puedes juzgarme,
y mi único temor es volver a reencarnarme en la misma vida, en una especie de bucle eterno,
El aire me cruzifica por todos los poros de mi piel, necesito respirar,
aunque respirar es inútil ya
el aire parece inundarse de sombras
que beben de mi sangre, que ansian de mi alma
aunque exhalar es inútil ya
Es tiempo de la nada en el infinito,
de las sombras sin oscuridad,
Es el momento del epílogo de mis ojos,
es el momento del prólogo del espíritu,
Ya desaparecieron todos y cada uno de mis nombres,
Señor, es este mi último trance, ¿o será quizás el primero de muchos?,
Cuento con pocos años,
También mis ojos tienen pocos años,
pero están desfallecidos igualmente,
Señor, por favor perdoname mis pecados,
sabes que siempre quise ser un ángel a tu servicio,
al servicio de los desamparados,
pero fue casi inútil; imposible rodeado de tanta maldad,
pues allí donde tú erigieras un templo, los demonios ponían una consulta,
Pasó mi último aliento en un instante, como una estrella fugaz,
y cuan verdad es, que a más brilla una estrella más pronto consume su energía.
Señor, gracias por dejarme decir esta última oración
Recuerdo mi niñez
cuando yo era no más un crío
Las semillas que nacieron del suelo morían en mis manos
porque la danza salvaje de la violencia
les destruía el corazón
Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niñ0
es decir ayer
es decir hace…
Uf, hace una eternidad
Señor, gracias por dejarme ser…
gracias por dejarme hacerlo a mi manera,
como un soldado de los cielos en la tierra de los sueños rotos.
Señor, gracias por tomar estas alas rotas y sanarlas de nuevo, ahora ya podrán volar en paz y libertad eternas hasta el fin
de los tiempos…
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